domingo, junio 26, 2011

Reseña de El Saqueo, en Surco.cl






Asistir a la representación de El saqueo, obra de Óscar Salinas Santelices, en el salón Los Avellanos de la UFRO, supuso para mí una tremenda sorpresa, casi una conmoción. Primero, porque para empezar el anunciado saqueo era para todo el público asistente un regalo –entiéndase, la entrada era gratis- con lo que ya entrábamos en el terreno de lo mágico y lo impensable, y después, y sobre todo, porque la calidad literaria y el cuidado de cada detalle del espectáculo lo habrían hecho merecedor de una puesta en escena en un gran teatro abarrotado y entusiasta.
Pero más allá del profesionalismo del elenco amateur de la Compañía de Teatro de la Universidad de la Frontera, de la efectiva iluminación y del cuidado vestuario histórico, destaca ante todo la pertinencia y contundencia de un mensaje comprometido, valiente y responsable, que cumple la difícil tarea de indagar en las raíces identitarias e históricas de una región en la que conviven dos naciones que aún hoy están lejos de relacionarse con armonía y con justicia, porque las aguas de la historia han sido enturbiadas para que no podamos leer en ellas. Ese es el empeño de esta obra rabiosamente libre, volver la vista atrás para encontrar el presente, y en él, las raíces del futuro.

La acción nos sitúa en 1881, en la noche previa a la fundación del fuerte de Temuco, pero pronto vemos cómo los personajes se acercan al público y monologan desde un hoy arraigado en el ayer, con la rabia, la vergüenza, la pena que perduran y de las que descubrimos las razones del conflicto desigual que enfrentó al pueblo mapuche con el ejército que vino a avasallarlo, a saquearlo.

El autor se toma la libertad, a través de un general visionario, de plantearnos que el tiempo no es lineal, sino que la historia (como las prietas está hecha con sangre y se repite, dijo alguien) no puede sino perpetuar los “errores y horrores”, los enfrentamientos que no se resolvieron con diálogo y respeto de la diferencia.

A través de una atractiva y alegre escenografía que incluye bailes, canciones y humor, se nos presenta también la cruda realidad fundacional de la interculturalidad regional, con la estigmatización y demonización del mapuche, el profundo racismo que aún pudre mentalidades, pero desde las voces divergentes y brechtianas que se salen de la historia y conectan con el espectador (a veces encarándolo, interactuando con él físicamente) se nos propone la alternativa de la rebeldía y el diálogo, la anchura de miras y el reconocimiento del otro, ese fantasma.

El saqueo, en suma, es una obra de talla mayor, aunque desenfadada, que sabe llegar a la audiencia rompiendo los moldes de la historia oficial, volviendo a levantar los cimientos desde abajo, para que despertemos; es un serio divertimento que conmueve y se atreve a proponer una alternativa radical y necesaria. Nadie se baña dos veces en el mismo río, y el río de la historia debe ser revisitado continuamente para avanzar al tiempo nuevo, al We txipantu que ya va siendo hora de realizar (realizarse no es un juego de palabras).

LEER RESEÑA EN SURCO.CL

La casa de Neruda (Columna en T21)




Si en el mapa del mundo aparece Temuco, no se engañen, es por Neruda. Y Neruda está en todas partes. Tiene en Francia calles a cientos, en la Italia de Dante, él es el poeta popular. En todas partes suena como una montaña legendaria. ¿Y su ciudad, qué le tributa? A duras penas el liceo donde estudió lleva su nombre -aún le llaman A-28 por algún tipo de rutina. Cierto que los trenes recuerdan –quizás breve, indirectamente- la maquinaria nerudiana. Si Valparaíso brilla, si Isla Negra es reconocida por todos los puntos del globo, si en Santiago suena su casa, ¿por qué Temuco no se enciende con la palabra del poeta? La casa de su mocedad, ¿quién la visitó, dónde ha quedado? ¿No saben acaso que la infancia contiene en su lluvia también las últimas palabras? Llegan turistas a Dublín y allí recuerdan el Ulises, en España tiene la ruta de Don Quijote peregrinos. Hay turistas que apenas leen, y hay otro tipo de turistas que sigue caminos de tinta. ¿Por qué no recuperaremos la casa del poeta niño? Los curiosos y nerudianos -por la red- se encaminarían hasta su casa de Temuco. Tal vez esta sea la casa más trascendente del poeta, la casa que le vio nacer a la poesía; si de Gabriela Mistral visitamos hoy su casita de Montegrande –lugar de peregrinación- ¿no nos darán otra versión del poeta desaforado los leves muros de su niñez contenida como los sueños? Créanme, no existe en el mundo un poeta más popular que Neruda. Temuco tiene el privilegio de albergar sus comienzos como poeta, y aún más, la lluvia de su infancia, que fue voz de toda su vida. Muchos ven Temuco en el mapa porque lo hallaron en Neruda. Sería bueno que Temuco le compusiera sus laureles. Ganarían todos con él.


Leer columna en T21 (página 10)

lunes, junio 20, 2011

Malditos - Columna en Tiempo 21

viernes, junio 03, 2011

No tengo abuela

Ver aquí la noticia del fallo.



3 DE JUNIO DE 2011.- Confirmamos que el acto de entrega de premios se realizará en nuestra sede el próximo 25 de Junio a las 12.30h


31 DE MAYO DE 2011.- El Jurado compuesto por D. Joaquín Benito de Lucas, D. Manuel López Azorín y Dña. Carmina Casala, y como Secretario del Jurado D. Luis Pérez Lara, ha llegado al siguiente fallo en Madrid, a 25 de Mayo de 2011:

POESIA:

PRIMER PREMIO.- “Usándonos la carne”, de Alfonso Ponce Gómez (Albacete)

ACCESIT.- “Mañana empieza hoy”, de Javier Aguirre Ortiz (Chile)

SELECCIONADO 1.- “Los pensamientos de la ausencia”, de Abilio Díez Martínez (Madrid)
SELECCIONADO 2.- “Como esas flores que se pudren en las sepulturas”, de José Luis Tudela Camacho (Murcia)
SELECCIONADO 3.- “Libra”, de Sergio García García (Madrid)




UN PREMIO LITERARIO DE LA VIEJA ESPAÑA: EL ACCÉSIT DE JAVIER AGUIRRE ORTIZ

2011-06-09

El filólogo vasco ejerce la docencia en el Liceo “Gabriela Mistral” de Temuco y en la sede local de la Universidad “Santo Tomás”. Desde mediados del 2010 integra también la Mesa de Escritores “Juan Pablo Ampuero”

Por Aníbal Barrera Ortega


Javier Aguirre Ortiz es un consumado filólogo vasco, pero él se considera ante todo poeta. Y su inconfundible personalidad de hombre nacido en Bilbao no desmiente para nada el amor que siente por Chile y su especial cercanía con quienes cultivan la poesía inspirada en los valores de la cosmogonía mapuche.

Aguirre ejerce la docencia en el Liceo “Gabriela Mistral” de Temuco y en la sede local de la Universidad “Santo Tomás”. Desde mediados del 2010 integra también la Mesa de Escritores “Juan Pablo Ampuero”.

Su interés por los misterios de la poesía le surgió cuando recién tenía 15 años de edad y ya ha sido destacado en varios eventos literarios tanto en España como en Francia y en Chile.

Hace poco, Javier Aguirre concursó en poesía al certamen de narrativa y poesía convocado por el Centro Cultural “Blas Otero” de Madrid y logró un muy decoroso accésit –recompensa que en los concursos literarios, científicos o artísticos sigue de modo inmediato al premio principal– por sus diez sonetos titulados “Mañana empieza hoy”.

Se trata de sonetos endecasílabos clásicamente italianos y consagrados por el inmortal Petrarca (que inspirara a Garcilaso de la Vega, William Shakespeare y Edmund Spenser bajo el concepto de petrarquismo).

El accésit logrado le dará derecho a una placa y a la publicación de sus poemas en antología. Al respecto, Aguirre sostiene que le complace especialmente ese premio, dado que el concurso español contó con una alta participación. Además, acota, “un premio literario, por pequeño que sea, es esperanzador: el ego necesita reconocimiento”.

No deja de ser relevante que el jurado español, compuesto por Joaquín Benito de Lucas, Manuel López Azorín, Carmina Casala y Luis Pérez Lara, haya considerado que Javier Aguirre Ortiz es chileno, lo que honra a quienes respetamos de modo especial nuestras búsquedas literarias.



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