miércoles, diciembre 03, 2014

"Poesía incompleta" de Guido Eytel.





No suelen ser las dictaduras un aliciente para el escritor. El aire se estrecha, puede hacerse hasta irrespirable. La sensibilidad se resiente, se embota incluso en ocasiones. Es lo que llaman el apagón cultural. Por eso conviene recordar a quienes, a pesar de todo, siguieron cantando.


EL AIRE DEMASIADO AIRE


Triste es saber que pájaros somos

y que nos cortan las alas antes de volar.

¿Para qué hicieron el viento

y la nube

y el árbol?

Entonces

¿Para qué estas ganas de volar?

El vuelo es demasiado azul

para esta ala mocha,

el aire demasiado aire

para la cortada pluma caudal.


¡Cantemos, pájaros baldados!


Tres de los libros de Guido Eytel, "Pluma y sangre", "Poemas del jardín" y "Poesía incompleta", publicados o reeditados en los últimos años, nos dan cumplida muestra de que la palabra poética, en los tiempos más oscuros, puede atesorarse en el pecho de un pájaro, y guardar en su canto el porvenir.


Un caso paradigmático es el de José Agustín Goytisolo en la España bajo la dieta franquista. Su conocido poema "El lobito bueno", popularizado por Paco Ibáñez, pasó a los ojos de la censura como una cancioncilla infantil, cuando contenía en realidad una carga crítica sólo evidente para el oído cómplice y atento.


El caso de Guido Eytel es similar: el poeta fue lo suficientemente sutil como para deslizarse entre los barrotes. La poesía política no debe confundirse con la proclama o el panfleto. En ese sentido, la censura pudo servir de acicate para que la palabra poética -sutil hilo de agua o de luz- encontrara su propio camino para salir del laberinto. Acaso la sintonía, la hermandad con Jorge Teillier explica también la preferencia de Eytel por el poema de tono menor (entiéndase el modo en que los ingleses consideran al 'minor poet', que al decir de Borges suele ser un gran poeta) frente a la exaltación nerudiana a veces excesiva y amiga del mitin y del altavoz, coincidiendo implícitamente con la crítica que Gonzalo Rojas hiciera al chileno más universal: que "era un genio pero escribía demasiadito". La respuesta, pues, a la sobreabundancia de Neruda - o incluso a la torrencialidad rokhiana o la insistente y ruidosa renovación parriana- es una delgadez nunca escuálida; y frente a la estridencia o el exabrupto, la naturalidad.


Pudo resultar sorprendente que en la muy concurrida presentación en Temuco de los "Poemas del jardín" (que se desarrolló durante la feria del libro usado de la Universidad Mayor) Guido Eytel decidiera presentar también una reedición de "Pluma y sangre" (Poleo ediciones, 2011). Para ello había varias razones: una, que el libro era ya inencontrable, puesto que la primera edición databa de 1981, cuando ganó el Premio Gabriela Mistral -aunque se podía leer íntegro en la redhttp://www.letras.s5.com/egb231107.html-; y la otra, la ligazón estrecha de ambos libros, en los que los pájaros son protagonistas.


LA LOICA


¿Quién ha sido el criminal

que a la loica le enterró

en el pecho su puñal?


Por la orilla del camino

las rojas plumas de sangre

van buscando al asesino.


(de "Poemas del jardín"

www.pehuen.cl/…/infantil/poemas-para-en-jardin/download.html )


El hilo que une el primer y el último libro de nuestro poeta, nos hace ver la fidelidad de una poesía escrita sin prisas, ajena a modas, a pretensiones artificiosas, y destilada de un modo que no hace sospechar el trabajo del tiempo, aparentemente sencilla, leve, pero capaz de deslizarnos, sin que las veamos venir, sus cargas de profundidad.


El libro "Poesía incompleta", publicado por la UFRO en 2014, y que volvió a ser un acontecimiento que congregó a numeroso público -no es usual ver una larga fila de compradores de un libro de poesía esperando pacientemente que el autor les dedique un ejemplar- acoge íntegro aquel inicial "Pluma y sangre" (de "Poemas del jardín", por el contrario, no se incluye ningún poema). El libro lo completan las secciones -¿libros?- "Apuntes y bodegones", "La otra ciudad", "La malquerida", "Pumas", que no habían sido editados independientemente, pero sí difundidos de distintos modos, incluídas musicalizaciones como la de "La Garza" (Eduardo Peralta http://www.premioaltazor.cl/soy-un-corazon-abierto/ ). La sección "Pumas", que fue objeto de una lectura con acompañamiento musical ( http://mesajuanpabloampuero.blogspot.com/…/pumas-i-veo-los-… ) es en realidad un solo poema, y es la que presenta mayor unidad. "La malquerida" es también un conjunto de temática unívoca, pues son todos poemas dedicados a la muerte, en el tono conversacional y sin rimbombancias que caracteriza al poeta. La sección "Apuntes y bodegones", como su nombre indica, es más dispersa. Tal vez la parsimonia de Guido para la poesía, que ha dejado que se vaya posando sobre el papel lentamente en vez de ir a capturarla y coleccionarla, explica su falta de ambición por llenar estanterías.


Sin hacer ruido escribe Guido Eytel. Sin hacer ruido. Y sus hojas, de tan humildes, vuelan, de tan sencillas. No amontona sus libros de versolecto, y así no cansan. Su poesía es profunda, parece simple. No se llena de letras hasta las cejas, deja que filtre el agua la mansedumbre. Escribir, respirar, y que no se note el trabajo callado de horas y voces. De tantos años llegan contados versos. Es trabajo del aire, más que de tinta. Se ahoguen otros en ríos de humor oscuro: Guido respira. Mueve el viento las hojas, tan naturales.

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